Desde hace más de 30 mil años los seres humanos somos exactamente los mismos en términos psicológicos y antropológicos: nos preocupan cuestiones similares: lo divino, lo sagrado, el anhelo de ser depositarios de un alma inmortal; y en todo ello, la capacidad de crear un universo simbólico que ayude a darle o atribuirle sentido a nuestras existencias.
Mucho de ello se encuentra en el denominado Arte Rupestre. Aquí una breve reflexión sobre el tema:
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